¿Sabías que la plata se ha venido usando con fines protectores contra las infecciones desde hace miles de años? Ahora puedes incorporarla fácilmente a tu colada y combatir el mal olor de la ropa deportiva o de trabajo ahorrando agua, energía y detergentes. En el artículo de hoy te contamos cómo.
Los iones de plata
Aunque pueda parecer un nuevo descubrimiento, lo cierto es que la plata se ha venido usando con fines protectores contra las infecciones desde hace miles de años. Incluso civilizaciones antiguas como egipcios o fenicios ya la utilizaban en la construcción de cisternas para evitar que el agua se corrompiera. Tampoco es casualidad que la plata se utilizara en la fabricación de cálices o la cubertería de las clases más acomodadas o que se haya incorporado tradicionalmente en ungüentos antibióticos para tratar heridas, úlceras o quemaduras. Hoy sabemos que los iones de plata son un potente agente antimicrobiano, es decir, que es capaz de acabar con gérmenes como bacterias, hongos, virus y protozoos. Pero, ¿cómo puede resultar la plata tan letal para los microorganismos?
Según explica la investigadora Diana Vilela, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña: "Los iones de plata entran en la bacteria, y allí reaccionan con las enzimas que hay dentro, concretamente con los grupos químicos llamados “tiol” (muy frecuentes en estas enzimas). Esta interferencia se puede entender como una forma de bloqueo: las enzimas que se conjugan con la plata pierden su funcionalidad, de manera que en cuestión de horas, gran parte de las funciones básicas de la bacteria se ven frenadas e incluso impedidas".
A diferencia de otros desinfectantes químicos, la actividad antimicrobiana de la plata es duradera e inocua para otros seres vivos
Un aliado en la seguridad alimentaria
Además de en apósitos y material hospitalario, sistemas de aire acondicionado o tuberías, uno de los principales campos en los que se emplean iones de plata por sus propiedades antibacterianas es el la seguridad alimentaria. No en balde, muchas neveras, pequeños electrodomésticos, máquinas de hielo, filtros de agua, envases y papel para alimentos, tablas de cortar, cuchillos e incluso una corteza plástica de algunos quesos ya tienen en común la utilización de este metal.
Y ahora también ¡para hacer una colada más ecológica!
Gracias al ahorro de agua, energía y productos detergentes. Al fin y al cabo, el mal olor de la ropa sucia lo provocan ciertos productos químicos, llamados compuestos orgánicos volátiles, producidos por las bacterias de la piel y algunas especies de estafilococos, al descomponer el sudor. Entonces, ¿por qué no eliminar estos gérmenes con iones de plata en lugar de con lavados a alta temperatura y agresivos productos desinfectantes? Dicho y hecho, hace 10 años, una empresa alemana patentó y comenzó a comercializar unas bolas de lavado cargadas con iones de plata. Duran 160 lavados y basta con añadirlas al tambor de la lavadora junto a tu detergente favorito (biodegradable y sin perfumes, mucho mejor) para que tus prendas deportivas o de trabajo huelan mejor durante más tiempo sin perjudicar tu salud ni la del medio ambiente.
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