De forraje para el ganado o alimento de subsistencia, a súperalimento de moda. Te contamos todo lo que necesitas saber para aprovechar al máximo las virtudes de esta humilde legumbre naturalmente dulce, rica en fibra y nutrientes y con apenas un 1% de grasa.
Inconfundible por su porte y sus característicos frutos en forma de vaina, el algarrobo es, sin duda, el gran olvidado cuando se habla de los cultivos típicamente mediterráneos –el olivo, el trigo y la vid-. Incluso en España, primer productor mundial de algarroba, su utilización ha estado tradicionalmente restringida a la alimentación animal o a la obtención de garrofín, una sustancia que se extrae de sus semillas y que tiene múltiples usos industriales. No obstante, en los últimos años, de la mano de los grandes nombres de la alta cocina y gracias a la creciente preocupación social por una alimentación más saludable y una gastronomía más sostenible y centrada en el territorio, el interés por los valores nutricionales y culinarios de la algarroba ha resurgido con fuerza. Si aún no sabes qué es o cómo introducir la algarroba en tu dieta, te descubrimos todas las claves en nuestro Blog “Cultívate y Come”.
Propiedades de la algarroba
Por sus características, algarroba constituye un auténtico tesoro nutricional y un aliado perfecto para personas con intolerancia al gluten, diabéticas o colesterol elevado:
Las algarrobas son ricas en vitaminas A, B1, B3, B3 y D y en minerales como el magnesio, fósforo, zinc, potasio y el calcio.
No contiene gluten.
A diferencia del cacao, sólo presenta un 1% de materia grasa.
Su alto contenido en fibra y proteínas favorecen la disminución de los niveles de azúcar en sangre después de las comidas y mejora la resistencia a la insulina.
De la misma forma, este contenido en fibra y la presencia de taninos también tiene efectos sobre el “colesterol malo”.
Puede usarse para tratar las diarreas provocadas por virus o bacterias y es un conocido remedio casero contra los vómitos y regurgitaciones de los bebés.
A diferencia del cacao, no contiene teobromina ni otras sustancias estimulantes, por lo que puede ser muy útil si queremos “desengancharnos” del chocolate.
Por último, el garrofín es un conocido aditivo alimentario muy utilizado en la elaboración de salsas, cremas o helados, como espesante y gelificante.
Después de conocer las principales propiedades de la algarroba, ¿todavía dudas de por qué deberías incluirla en tu dieta?
Cómo consumirla: la harina de algarroba
La algarroba puede presentarse en vaina cruda (madura y seca), en forma de melaza o sirope o tostada y molida en harina. Su uso es muy fácil, por ejemplo, como sustituto del cacao en postres, cremas o incluso para elaborar tu propia “tableta” de algarroba. Puedes incorporarla también directamente a la leche o a bebidas vegetales ya que es totalmente soluble. Y, sobre todo, no dudes en introducirla en las masas de tus galletas o bizcochos, eso sí, reduciendo la cantidad de azúcar u otros edulcorantes. Algunos de nuestros mejores chefs, como la conocida repostera Elena Arzak, ya lo han hecho ¡Y los resultados son sorprendentes!
¿Quieres hacer tu propia harina de algarroba?
- Revisa y lava bien las vainas de algarroba.
- Trocéalas, retira las semillas y disponlas en la bandeja del horno sin amontonarlas.
- Tuéstalas al gusto y muélelas una vez frías.
- Tamiza el resultado ¡Y listo!
Aunque recuerda que si no quieres darte el trabajo en Tierras Vivas te ofrecemos harina de algarroba certificada sin gluten a granel o en formato familiar de 3 kilos.
El algarrobo y sus frutos, un sabor de otro tiempo
Es posible que en tus paseos por la costa levantina o andaluza te hayas cruzado muchas veces con él. El algarrobo es un árbol de gran porte y hoja perenne del género Ceratonia, nombre que proviene del griego Keras que significa cuerno, por la apariencia de sus frutos, y que botánicamente pertenece a la familia de las leguminosas. Su cultivo, se extendió por toda la cuenca mediterránea desde Palestina o Siria, adaptándose perfectamente a nuestros duros veranos por su rusticidad y resistencia a la sequía.
A partir de los 8 años de vida, el algarrobo puede empezar a producir. Su fruto es una vaina alargada y verde que se torna en un color marrón muy oscuro cuando madura. Al tacto, estas vainas son duras, de unos 20 cm de longitud y apariencia leñosa.. Aunque como forraje para los animales, sobre todo para burros y caballos, se emplea toda la vaina, a la hora de consumirlas siempre hay que descartar las semillas.
Muchas personas mayores aún recuerdan cómo en los tiempos de carestía que siguieron a la Guerra Civil, las algarrobas se convirtieron en un auténtico aliado contra la hambruna, ya que al ser baratas, nutritivas y naturalmente dulces, se emplearon para elaborar sucedáneos de otros alimentos difíciles de encontrar entonces como el café o el cacao.
Y es que su sabor es cálido y tan aromático que perdura en la memoria. Aún hoy, en Tierras Vivas, cuando al final del verano vuelven las algarrobas a nuestra tienda, hay clientes que, al verlas, nos cuentan cómo para muchos niños de la posguerra, estas vainas, directamente cogidas del árbol, ¡fueron su única golosina!
Si tú también quieres disfrutar del delicioso sabor de las algarrobas, entra en nuestra tienda online y elige entre la algarroba seca en vaina, en harina, en polvo o en crema e incorpórala a tus recetas. Eso sí, te advertimos que quien la prueba… ¡Repite!
