La presencia de plaguicidas en muchas de las frutas y verduras que consumimos es un hecho incontestable. El último informe de la EFSA, la agencia europea de seguridad alimentaria, alerta, por ejemplo, de que casi en la mitad de las muestras analizadas (concretamente en el 47%) se detectaron al menos uno o más residuos de estas sustancias, en su mayoría, eso sí, “en concentraciones por debajo o equivalentes a los límites legales”. Sin entrar en valorar la trampa que para muchas organizaciones de defensa de los consumidores representa el hecho de la EFSA no evalúe el efecto cóctel y acumulativo a largo plazo de estos tóxicos, lo cierto es que la proporción de muestras que superan a día de hoy los límites máximos de residuos permitidos aumentó desde la publicación del anterior informe en alimentos como las fresas (del 1,8 % al 3,3 %), los repollos (del 1,1 % al 1,9 %) o las uvas (del 0,4 % al 0,9 %). Muchas entidades trabajan desde hace décadas para generar mayor conciencia sobre los graves efectos adversos, no sólo sobre nuestra salud, sino también para la del planeta, de estos peligrosos biocidas, pero la tibieza de la acción política y los enormes intereses económicos en juego, hacen que el camino sea lento, con pequeños avances y grandes retrocesos. Hoy dedicamos nuestro blog a los Pesticidas Disruptores Endocrinos, PDE, un antiguo enemigo que sigue muy presente en nuestras mesas.
¿Qué son los Pesticidas Disruptores Endocrinos?
Los contaminantes hormonales (disruptores endocrinos o EDC) son sustancias químicas que alteran la síntesis, liberación, transporte, metabolismo, acción o eliminación de las hormonas naturales, modificando el funcionamiento de nuestro sistema hormonal. Estas sustancias no sólo están presentes en muchos de los pesticidas usados en la agricultura, sino también en determinados materiales, fármacos, productos de limpieza o cosméticos. Seguro que has oído hablar de los parabenos en champús o lociones corporales, del bisfenol de tuppers y otros envases o los ftalatos presentes en perfumes o en el PVC. Al imitar o alterar el efecto de las hormonas, los disruptores endocrinos pueden enviar mensajes confusos al organismo alterando funciones vitales como el crecimiento o el desarrollo sexual y ocasionando trastornos del metabolismo y problemas cardiovasculares y neurológicos. La comunidad científica ha establecido, además, la relación entre enfermedades como el cáncer, el parkinson o el alzheimer y la exposición a estos tóxicos. De las más de 160 sustancias activas que la Comisión Europea ya conoce o sospecha que puedan ser disruptores endocrinos, 66 están presentes, a través de los fitosanitarios de uso agrícola o veterinario, en nuestra comida.
Guía para identificar los Pesticidas Disruptores Endocrinos
La Pesticide Action Network (PAN), una de las organizaciones más críticas con la estrategia comunitaria para reducir el uso de agrotóxicos en la Unión Europea, acaba de publicar una guía con el objetivo de ayudar a los consumidores con información útil y consejos para tratar de eliminar los PDE de nuestro plato. La Guía (en inglés) divide los alimentos con riesgo de contener PDE en tres listas en función de los niveles detectados de presencia de estos contaminantes:
- Lista Roja: incluye los alimentos en los que aparecieron restos de PDE en un porcentaje de entre el 40% y 70% de los casos analizados. En ella encontramos por ejemplo, canónigos, perejil, cereza, pera, kale, melocotones, fresa o albaricoque…
- Lista Amarilla: aglutina los alimentos en los que los PDE se hallaron entre el 10% y el 40% de las muestras. Aquí entrarían frutas y verduras como moras, uvas, zanahorias, manzanas, lechugas, arándanos, ciruelas, espinacas, rábanos, apio, frambuesas, naranjas, tomates, kiwis o plátanos.
- Lista Verde: contiene alimentos con porcentajes de presencia de PDE inferiores al 10%, como coles, brócoli, ajos, arroz, berenjenas, aguacates, mandarinas, pepinos, cebollas, sandías, aceitunas o patatas.
Consejos evitar la exposición a los Pesticidas Disruptores Endocrinos
La mejor manera de evitar la exposición a productos químicos de síntesis a través de la alimentación es el consumo de alimentos de producción ecológica ya que su uso está totalmente prohibido por la normativa europea que los regula, pero si no te es posible adquirirlos y no te animas a cultivar tu propio huerto, PAN Europe te propone los siguientes consejos:
- Lava siempre las frutas y verduras antes de consumirlas.
- Pelarlas es también una buena opción para eliminar los pesticidas presentes en el exterior, aunque no evitan los que contenga el interior. Además, tenemos que tener en cuenta que al quitar la piel a muchas frutas y verduras, también estamos dejando de consumir una importante fuente de fibra y nutrientes.
- Fíjate también en los países de origen de los productos que compras. Para algunas frutas y verduras, España es donde se registra el porcentaje de alimentos con un mayor porcentaje de presencia de estos contaminantes. Es el caso, por ejemplo, de los cultivos de plantas de hojas tiernas, con un 69%, o la col rizada, con un 74%. Otros países, como Bélgica, destacan por productos como los canónigos con un 94%.
- La guía de la PAN hace un especial llamamiento a evitar el consumo de alimentos con posibilidad de presencia de PDE en el caso de mujeres embarazadas o lactantes para que estas sustancias no puedan entrar en contacto con el feto o el recién nacido.
En 2022 la Unión Europea deberá decidir si prohíbe definitivamente (la última prórroga fue en 2017) el uso del Glifotsato, el herbicida, reconocido disruptor endocrino, más empleado hoy en el mundo. Si se logra, será una gran victoria para todos nosotros como consumidores, pero mientras tanto, en Tierras Vivas seguiremos confiando en el compromiso y el buen hacer de los productores ecológicos certificados que nos abastecen cada semana para que en tus recetas sólo encuentres altos porcentajes de sabor y salud. ¡Ven a nuestra ecotienda y únete a la revolución ECO!
Si quieres ampliar información, también te recomendamos consultar la publicación “Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores” de Ecologistas en Acción.