¿Sabías que un huerto de apenas 1 m2 puede proporcionarte hasta 20 kg de alimentos al año? O lo que es lo mismo: ¿200 tomates; 36 lechugas cada 60 días; 10 coles cada 90 o 100 cebollas cada 120?
Y eso sin contar con que eliminarás el estrés, harás ejercicio, cogerás buen color y contribuirás a generar biodiversidad y hasta un poco más oxígeno en tu barrio.
Anímate, las plántulas que brotaron en tus semilleros y que clareaste hace semanas, están pidiendo a gritos que las trasplantes. ¡Vamos al lío!
1. Dónde plantar
Las mesas de cultivo resultan muy cómodas. Existen multitud de modelos. La nuestra tiene unas dimensiones de 120 x 70 x 80 cm y está fabricada en madera, lo que ayuda a mantener mejor la temperatura de las raíces que las de acero galvanizado, si bien estas últimas son más ligeras y duraderas. Unos 30 cm de profundidad suele ser suficiente para la mayoría de los cultivos. Recuerda, que también es posible cultivar en macetas o, incluso, en recipientes reciclados.
2. La tela drenante
Para proteger nuestra mesa de cultivo y favorecer el drenaje, colocamos en primer lugar una tela geotextil o malla antihierbas. En ocasiones, esta viene ya incluida al adquirir nuestra mesa y si no, podemos encontrarla en cualquier tienda de jardinería.
3. El sustrato
Un sustrato adecuado debe asegurar: Sujeción/ Ligereza/ Oxígeno a las raíces/ Buena retención de la humedad/ Un nivel de PH y sales óptimo para la absorción de agua y nutrientes.
Ten en cuenta que el sustrato es la “despensa” de la planta. Una buena mezcla es 60% fibra de coco, 35% humus de lombriz y 5% vermiculita:
- El humus de lombriz es el resultado de la descomposición de restos orgánicos, dando lugar a un abono de gran calidad.
- La fibra de coco proviene de plantaciones de cocoteros tropicales. Es un sustrato orgánico ligero, esponjoso. Mantiene las raíces hidratadas y oxigenadas. Hay que tener en cuenta que por sí solo no aporta apenas nutrientes, por lo que hay que mezclarlo con un abono.
- La vermiculita retiene el agua y aporta potasio y magnesio. En combinación con perlita también mejora la aireación.
5. Organiza tu huerto
La ubicación y la orientación de tu zona de cultivo urbano son determinantes para el correcto desarrollo de tus plantas. A la hora de organizar el cultivo, es importante tener en cuenta, además, el volumen de sustrato necesario para que cada planta pueda desarrollarse adecuadamente. Así, una planta de tomate requiere unos 20-25 L como mínimo de sustrato, mientras que una lechuga, fresa y cebolla entre 2-5 L. Esto nos da una idea del número máximo de plantas que podemos poner. Cuida especialmente las asociaciones entre plantas, pues hay algunas que se benefician entre sí, mientras que otras se entorpecen. Así, por ejemplo, las lechugas se llevan bien con las fresas y las cebollas. La tomatera se puede asociar con aromáticas como la albahaca o flores como la caléndula. Si estás empezando te recomendamos alternar siembra directa y plantón. ¡La espera se te hará más corta!
6. La siembra
Una vez elegidos los cultivos de la temporada, toca ponernos manos a la obra y sembrar o trasplantar. En el caso de las semillas, ten en cuenta que la profundidad de siembra debe ser aproximadamente el doble de su diámetro. A grandes profundidades, la semilla no germinará. Por último, infórmate bien de la distancia que deberás dejar entre planta y planta. Un tomate, por ejemplo, necesita unos 30-40 cm de separación, mientras que otros cultivos como fresa, cebolla y lechuga tienen un marco más reducido, de 15 a 30 cm.
No te olvides de las flores
Además de aportar colorido y un toque extra a nuestras ensaladas, las flores y las plantas aromáticas cumplen otras importantes funciones como servir alimento a los polinizadores de nuestros cultivos y ejercer de repelente frente a numerosas plagas.
Y por último, riega bien tu nuevo huerto y...
Para un correcto crecimiento de nuestras plantas es importante mantener un grado de humedad constante, sin encharcamientos. Un consejo es no regar hasta que la primera capa de tierra (1-2 cm) esté seca. En el momento del riego, es importante mojar bien todo el recipiente, de manera que todas las raíces tengan acceso al agua.