El decrecimiento es una corriente de pensamiento político, económico y social favorable a la disminución controlada de la producción económica con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos. Aunque para sus partidarios, sólo reduciendo la producción y el consumo se podrá frenar la crisis ecológica y conservar el medio ambiente, afirman abogar por un cambio de modelo, no por un crecimiento negativo. Esta transición se realizaría mediante la aplicación de principios más adecuados a una situación de recursos limitados: escala reducida, relocalización, eficiencia, cooperación, autoproducción (e intercambio), durabilidad y sobriedad. El decrecimiento se opone tanto a la economía liberal y productivista como a la noción de desarrollo sostenible. A su juicio, desarrollo y sostenibilidad serían, hoy por hoy, incompatibles.